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La Suma Teológica, o Summa Theologiae,
es un tratado de teología del siglo XIII, escrito por Santo Tomás de Aquino durante los últimos años de su vida —la tercera parte quedó inconclusa, y fue completada por sus discípulos póstumamente. Es la obra más famosa de la teología medieval, y su influencia sobre la filosofía posterior, sobre todo en el catolicismo, es inestimable. Concebida como un manual para la educación teológica, más que como obra apologética destinada a polemizar contra los no católicos, ejemplifica de manera acabada el estilo intelectual de la escolástica en la estructura de sus artículos. Deriva de una obra anterior, la Summa Contra Gentiles, de contenido más apologético, estructurado para refutar una a una las herejías conocidas o las otras religiones.
Además de las fuentes propiamente religiosas (las Escrituras y las definiciones dogmáticas de la Iglesia Católica), Tomás se apoya en la obra de algunos autores: Aristóteles es la autoridad máxima en filosofía y San Agustín de Hipona en teología. También son citados frecuentemente Pedro Lombardo, teólogo y autor del manual más usado en la época, los escritos del siglo V atribuidos al pseudo Dionisio el Areopagita, y Maimónides, estudioso judío no muy anterior, del que admiraba su aplicación del método.
La Suma, escrita en latín, está formada por artículos que responden todos a la misma estructura: una serie de cuestiones sobre el tema tratado, formuladas como preguntas; primero se enuncian argumentos u observaciones que irían en contra de la tesis propuesta (objeciones), luego uno a favor (sed contra), después en el cuerpo principal se desarrolla la respuesta (respondo); finalmente se contestan una a una las objeciones.

“EL PUEBLO DE DIOS” EN LUMEN GENTIUM
JUSTIFICACIÓN:
En la realidad social y cultural de hoy, caracterizada por un pluralismo en todos los ámbitos de la vida humana y muy especialmente en el religioso, en el que la complejidad de las nuevas realidades sociales y culturales no se sienten afectadas por los pronunciamientos de la Iglesia, vemos la necesidad de reflexionar sobre la Iglesia, y preguntarnos:
- ¿Qué es lo que justifica en este mundo plural su presencia?
- ¿Qué aporta al mundo?
- ¿Qué modelo de Iglesia responde a las exigencias actuales?
- ¿Cómo puede cumplir la misión que Cristo la encomendó?
Estos y otros muchos interrogantes, son los que han hecho que escojamos este tema de eclesiología y concretamente, la imagen de “Pueblo de Dios” en Lumen gentium..
Por otra parte, la eclesiología está en íntima relación con todos los demás tratados como: Misterio de Dios, Cristología, Pneumatología, Biblia, Sacramentos, Antropología, … y de acuerdo a la visión que se tenga de la Iglesia, se concebirá la proyección pastoral, la evangelización, etc.
Feliciana Pérez Escudero, M. IdMa. Isabel García Blázquez, M.Id

El Derecho canónico (del griego kanon/κανον, para regla, norma o medida), es una ciencia jurídica que conforma una rama dentro del Derecho cuya finalidad es estudiar y desarrollar la regulación jurídica de la Iglesia católica. Bajo esta definición se engloban tres conceptos que han conformado controversia acerca de su consideración a lo largo de la Historia hasta nuestros días: su finalidad, su carácter jurídico y su autonomía científica.

El estudio de la experiencia religiosa de Jesús es una de las grandes lagunas de la reciente investigación histórica. Por ello el objeto de este estudio es indagar acerca de aquella experiencia. Al iniciarlo nos encontramos con algunas dificultades que no debemos pasar por alto. En primer lugar, cabe preguntarse si es posible que Jesús siendo Dios, haya tenido una experiencia religiosa. Quienes necesitan una experiencia religiosa que les permita entrar en contacto con la divinidad son los hombres, no Dios. A esta objeción puede responderse diciendo que Jesús fue también verdaderamente hombre y en cuanto tal, pudo tener una vivencia religiosa.
Una segunda dificultad reside en la escasa información que nos proporcionan las fuentes, debido probablemente a que quienes escribieron los evangelios estaban más interesados en su propia vivencia religiosa, que en la experiencia religiosa de Jesús. Finalmente, el acceso a la experiencia religiosa de Jesús se ve dificultada por la distancia cultural que nos separa de ella. Los moldes culturales en que vivió su relación con Dios son muy diferentes a los nuestros, y es posible que en algunos aspectos su vivencia nos resulte distante y en cierto modo extraña. Esta es una dificultad importante y por ello debemos comenzar nuestro estudio describiendo el contexto vital de dicha experiencia.

La reflexión acerca de la esencia de la filosofía es una tarea imprescindible ya que ningún otro campo del espíritu ha sido objeto de tantos equívocos como esta ciencia. Por esta razón afirma Hegel:
... es especialmente necesario que la filosofía se convierta en una actividad seria. El dominio de toda ciencia, arte u oficio requiere de muchos esfuerzos de aprendizaje y de práctica. En cambio, en lo referente a la filosofía, parece imperar el prejuicio de que cualquiera puede filosofar directamente y formular juicios acerca de la filosofía porque posee en su razón natural la pauta necesaria para ello, como si para ser zapatero bastara con tener manos, ojos, cueros y herramientas y no se necesitara haber aprendido y ejercitado el oficio de la zapatería; pues no basta con tener en nuestro pie la pauta natural (talla) del calzado para poderlos fabricar. Parece que la posesión de la filosofía se funda en la carencia de conocimientos y de estudio. Se considera frecuentemente a la filosofía como un saber vacío de contenido, olvidándose que lo que en cualquier ciencia o conocimiento es verdad, lo es porque ha sido engendrado por la filosofía y, que las ciencias por mucho que intenten razonar sin la filosofía, no podrán llegar a poseer en sí mismas vida, espíritu y verdad.

La antropología filosófica atiende a un campo más especulativo que la antropología científica y no científica, ya que intenta buscar la esencia del hombre, es decir, lo que es específicamente humano.
El propósito de la Antropología Filosófica es centrar su atención en el hombre, tomando en cuenta todos los aspectos de la existencia humana: biológico y cultural, pasado y presente. Pero esto no significa que la Antropología Filosófica sea el producto de una combinación seria o síntesis de diversas disciplinas. En este sentido, la Antropología Filosófica, más que estar cercana a la Antropología Cultural, está más bien cercana a la Filosofía. Como Filosofía, no abandona su pretensión de comprender al hombre más allá de los límites de las distintas ciencias.